Estamos ante el laberinto inmenso. Son múltiples los caminos que nos conducen a ver nuestra realidad con verosimilitud y razón. Letras y más letras han sido creadas tras las estelas gigantescas de años, que cada poeta, escritor o creador ha ido moldeando con su tiempo y tesón. Dentro de cada época podemos encontrarnos con regalos, nunca despreciables, de aquellos que dejan legado.
Un Café con Literatos abre nueva sección con el único objetivo de cultivar en su jardín de ensueños, aquellas huellas que nos ayudan a no ser ciegos.
Emprendemos pues marcha, recogiendo las mejores y deslumbrantes estelas que nos ayudan, sin duda, a comprender, crecer y desear ser, como poco, alumnos de maestros que su voz ha creado nido en los inmensos trabajos que han dejado sus trayectorias literarias.
Este rincón donde se van a ir acumulando publicaciones de personalidades, nos obliga a mirarnos a nosotros mismos y reinventarnos para no dejar, nunca, de crear y trabajar con dedicación, para no sólo recoger el reflejo de esas huellas, sino dejar las nuestras, que algún día, algún caballero o dama, con su pluma en mano, sepa cultivarlas y sembrarlas en el jardín que nunca debería de acabarse, ni secarse.
Laberintos de puertas y ventanas donde la única salida posible es la propia creación, la belleza de sentirse despierto mientras los demás parecieran dormir.
Tomemos café entre narcisos y tulipanes, a la sombra de la bella petherocaria, con el aroma de un jazmín entristecido. Allí, en este jardín de delicias, sigamos las huellas de los que han caminado dejando con generosidad su reflejo.
Se pueden encontrar en Nuestras Publicaciones.